El recorrido parte de la majestuosa plaza de Bagnoli di Sopra, dominada por la mole de Villa Widmann Borletti (diseñada por Baldassarre Longhena) y el Dominio di Bagnoli (sede de Vin Friularo).

Es un excelente ejemplo de lo que fue el espíritu de las primeras villas venecianas, que nacieron como granjas: aquí floreció la actividad agrícola entre viñedos, cereales y ganadería. Parece que Goldoni, huésped aquí de la familia Widmann, se inspiró en la figura del propietario para el protagonista de su obra «La bottega del Caffè». El jardín de la villa alberga una espléndida serie de estatuas de Antonio Bonazza, inspiradas en la commedia dell’arte del dramaturgo veneciano. Desde Bagnoli, tome la carretera provincial, bordeada por un carril bici/peatonal, que conduce a Anguillara Veneta. Un agradable tramo recto permite sumergirse en el clásico panorama de la campiña véneta, surcada por numerosos cursos de agua. Uno se encuentra enseguida con el Canale dei Cuori (Canal de los Corazones), que nos cuenta una historia de tierras ganadas a duras penas al agua mediante obras de recuperación.
Antes de llegar al corazón del pueblo de Anguillara -famoso por la patata americana, un producto De.Co.-, cerca del puente Taglio, merece la pena detenerse en la Villa Arca del Santo, y por Santo entendemos San Antonio de Padua. Estas tierras eran, de hecho, desde el siglo XIV propiedad de la Veneranda Arca del Santo, que hizo erigir aquí numerosas casas de labranza, de las que aún hoy está salpicado el paisaje, y mojones, algunos de los cuales aún son visibles. La villa puede visitarse poniéndose en contacto con el ayuntamiento y, aún hoy, el oratorio contiguo dedicado a San Antonio acoge la fiesta en honor del Santo el 13 de junio.

Atravesamos otra vía fluvial, esta vez el canal artificial de Gorzone, que termina su curso en el río Brenta, antes de su desembocadura en el mar. 
Atravesamos el pueblo, que -como su nombre indica- antaño también estaba habitado por numerosas anguilas, para alcanzar el terraplén del río Adigio, que podemos seguir hasta llegar a la aldea de Borgoforte, famosa por su queso de leche de oveja del Adigio. A continuación llegamos a la carretera provincial que conduce a Agna, importante cruce de caminos en la época romana, ya que por aquí pasaba la Via Annia Popilia, ruta complementaria de la Postumia que llevaba de Rímini a Aquilea pasando por Padua y Altino. En el campo de Via Cromer hay una interesante reconstrucción de la antigua ruta romana pavimentada. En el actual ayuntamiento, ubicado en el Palazzo Mingoni del siglo XVII, se pueden admirar los frescos del artista Cromer, en los que aparecen una serie de putti retratados en simpáticas y curiosas poses. El recorrido se reanuda hacia el punto de partida, Bagnoli, pasando por la aldea de Prejon, donde se puede admirar la hermosa campiña.