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San Antonio, el santo del pueblo

Personajes

"Conviértete a Dios y la tierra siempre estará en paz contigo".

En el mundo se le conoce como san Antonio de Padua o san Antonio de Lisboa; para los paduanos es simplemente el Santo.

Nacido en 1195 en Lisboa y fallecido en Padua en 1231, Fernando Martins de Bulhões es uno de los santos más célebres y queridos de la cristiandad y Doctor de la Iglesia universal. La ciudad de Padua conserva sus restos mortales, que descansan bajo el altar del Arca de la Basílica del Santo.

Pero ¿quién era san Antonio? Un fraile franciscano, una persona humilde y cercana a las necesidades de los más débiles que viajó mucho a lo largo de su vida: desde Marruecos hasta Francia para después llegar a Italia, donde participó en el Capítulo General de Asís en 1221, trasladándose luego a La Romaña y a Padua.
Su primera estancia en la ciudad patavina tiene lugar entre 1229 y 1230 y enseguida se gana el aprecio del pueblo. Celebra misa cada día en la pequeña iglesia de “Santa Maria Mater Domini”, y la multitud que asiste a sus sermones se va haciendo cada vez más numerosa.

Este humilde fraile llegado desde lejos se interesa por los más débiles y desfavorecidos, hace suyos los problemas de la gente común y lucha por mejorar las condiciones de vida del pueblo. En 1231, gracias a su intervención, se modifica una ley muy estricta que castigaba a los deudores insolventes.

El Santo sin nombre no solo se muestra activo en el ámbito social, como misionario y pescador de hombres. Aunque san Francisco no deseaba que sus frailes se dedicaran al estudio de la teología, con Antonio hace una excepción.

A la luz de su profunda fe y de su integridad moral, Antonio tiene permiso para dedicarse al estudio y la enseñanza, convirtiéndose en el primer profesor de teología del recién nacido orden franciscano, como se indica en la carta que le escribió Francisco:
“Al hermano Antonio, mi obispo, te deseo salud. Apruebo que enseñes teología a los frailes, siempre que, con motivo de tal estudio, no debilites el espíritu de la santa oración y devoción, como ordena la Regla. Mantente sano”.

San Antonio murió el viernes 13 de junio de 1231 a las puertas de la ciudad de Padua, cerca de donde ahora encontramos el Santuario de Arcella. El afecto que le profesaba el pueblo era y es inmenso, hasta el punto de ser proclamado Santo antes de transcurrido un año de su muerte, en mayo de 1232, año en el que comienza la construcción de la basílica dedicada a él, hoy en día destino de millones de peregrinos.
Cada año, el 13 de junio, la ciudad de Padua y los pueblos de la provincia rinden homenaje al Santo sin nombre, a aquel hombre que en el Medievo se hizo testimonio de fe en estas tierras, en las que aún podemos experimentar su profunda y sincera espiritualidad.

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