Corazón de la ciudad y emblema de su carácter comercial, punto de encuentro en la vida diaria de los paduanos y templo para cualquier apasionado de la enogastronomía de visita en Padua. El “Mercato Sotto il Salone” (Mercado bajo el Salón) es todo esto y mucho más: un lugar único y excepcional, el mercado cubierto más antiguo de Europa, donde hacer compras y paladear el auténtico sabor del territorio.
En el lugar donde se alza el Palazzo della Ragione, rodeado por las principales plazas de Padua, se encuentra este mercado que cuenta con ocho siglos de historia, donde hoy en día, al igual que en el Medievo, los habitantes se juntan para hacer compras, obtener los mejores productos de la región, charlar y tomar algo en compañía en los bares y las enotecas, lugares predilectos donde degustar sobre la marcha manjares exquisitos.
Las tiendas se suceden una tras otra bajo el gran salón en suspensión del Palazzo della Ragione, dispuestas a lo largo de dos pasillos en un espacio cubierto que recuerda a la Boquería barcelonesa en un formato más reducido, pero con un sabor antiguo e histórico. Pasear entre los puestos del mercado es una experiencia para los cinco sentidos: un viaje por la historia y las tradiciones culinarias de un territorio. Los aromas de las viandas y de los productos típicos nos acompañan en el paseo, mientras los ojos se pierden en infinitos detalles y la mente se llena de las voces de los comerciantes y los visitantes en una simpática mezcla de acentos y dialectos locales. La fascinación de los mercados ancestrales sigue presente aquí, en el corazón del centro histórico patavino.
Entre tantos quesos y embutidos, carnes, pescados y vinos, lo difícil es elegir. Resulta imposible no fijarse en las decoraciones futbolísticas o religiosas de algunos puestos: banderas, escudos y fotografías presentan con orgullo al Calcio Padova y al tan querido Santo, san Antonio, este último presente sobre todo en las carnicerías. De hecho, es la Pía Unión de Carniceros “Militi dell’Immacolata” (Milicia de la Inmaculada) la que tiene el honor de portar la estatua del Santo en la procesión del 13 de junio. Una parada imprescindible para los más pequeños es, por su parte, la vitrina de la “Pescheria Adriatica” (Pescadería Adriática), cuyo máximo protagonista es el tanque de las anguilas.
Lo viejo y lo nuevo conviven hoy en día en este fascinante mercado. Los antiguos establecimientos, anclados con orgullo en las tradiciones, comparten espacio con osterías y enotecas modernas, punto de encuentro de los productos típicos regionales con la cultura del street food. De este modo, los sabores tradicionales se transforman, reinterpretados y reelaborados para adecuarse a los nuevos tiempos, sin abandonar jamás sus raíces y su profundo vínculo con el territorio. No perdáis la oportunidad de probar un buen vino y un “spuncio” (término local para los pinchos): esta es Padua, este es el Véneto, esta es nuestra tierra, un lugar para admirar, oler, paladear. No hay mejor forma de conocerla que disfrutarla al máximo.
La buena comida y el buen vino forman parte de nosotros: esta es sin duda una de las costumbres paduanas más placenteras y fáciles de adoptar.
