Inicio desde el puerto fluvial del Portello de Padua, el embarcadero en la histórica escalinata del siglo XVI.
Antiguo puerto fluvial de la ciudad, provisto de un elegante portal en piedra blanca de Istria y torreta con reloj; aquí llegaban las embarcaciones que, recorriendo ríos y canales navegables, conectaban Padua y su provincia con la laguna de Venecia.
Navegando a lo largo del Piovego, siguiendo el recorrido fluvial original de las antiguas barcazas o “burchielli” venecianas, bordeando las antiguas murallas con baluartes del siglo XVI, se pasa bajo el viejo Ponte dei Graissi hasta llegar a la localidad de Noventa Padovana. Aquí puede admirarse la solitaria y excepcional Villa Giovanelli, construida a finales del siglo XVII y decorada profusamente con frescos, cuya estructura arquitectónica aúna características compositivas de Palladio y Longhena. Un pronaos monumental único de forma pentagonal, altas columnas corintias con un tímpano ornado de estatuas, una majestuosa escalinata: elementos que dotan de un carácter imponente y escenográfico su apariencia exterior.
Tras cruzar las esclusas de Noventa Padovana y Stra, auténticos ascensores acuáticos para superar el desnivel del agua, se llega a Stra, donde está prevista una parada para visitar la monumental Villa Pisani, la majestuosa residencia de la familia noble Pisani que ha hospedado en sus 114 habitaciones a dux, reyes y emperadores, y actualmente es un museo nacional que conserva mobiliario y obras de arte del siglo XVIII y XIX, incluida la obra maestra de Gianbattista Tiepolo “Gloria della famiglia Pisani”, y un parque espectacular.
La navegación se reanuda con las imágenes de las distintas villas que se ven desde el río, unas setenta, y la travesía de la monumental esclusa de Dolo, con descenso del desnivel del agua. El recorrido prosigue entre villas vénetas, pueblos ribereños y puentes giratorios hasta llegar a Mira, donde se atraviesa la esclusa con descenso del desnivel del agua.
En Riscossa di Mira, en uno de los meandros del río, nos detenemos para visitar la Villa Widmann Rezzonico, unas de las joyas del tardobarroco veneciano.
Tras comer en uno de los restaurantes típicos de la zona, la navegación se reanuda entre villas vénetas, pueblos ribereños y puentes giratorios, contemplando las distintas villas que se asoman al río.
Se llega así a Malcontenta, donde se puede admirar en toda su elegancia y monumentalidad y visitar la Villa Foscari, llamada “La Malcontenta”, una de las obras maestras del genio de Andrea Palladio; La Malcontenta constituye un ejemplo típico de villa-templo, con el monumental pronaos que se refleja, melancólico y soberbio entre los sauces llorones, en las aguas del canal.
Se retoma la navegación y, atravesando la esclusa de Moranzani y Fusina, se desciende a la laguna. Superada la isla de San Giorgio in Alga se entra en el canal de la Giudecca: a la derecha se alza el altísimo edificio del Molino Stucky, la iglesia del Redentor, obra maestra de la arquitectura sacra palladiana, y finalmente la iglesia de las Zitelle (literalmente, de las solteronas).
Virando entre Punta della Dogana y la iglesia de San Giorgio Maggiore, se entra en el mágico escenario marmóreo del Bacino di San Marco de Venecia, donde culmina el fantástico viaje.