La medicina en Padua

Liderazgo mundial desde el siglo XVI. Morgagni, Harvey, Vesalio y Falloppio hasta Gallucci y compañía.

Ciencia
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Las clínicas universitarias de la Universidad de Padua cuentan con un número impresionante de médicos de talla mundial acostumbrados a realizar todo tipo de intervenciones quirúrgicas, participar en congresos internacionales y presentar patentes. Un liderazgo indiscutible que viene de muy lejos y que no representa un fenómeno casual o efímero.

Grandes nombres como Andrea Vesalio y Gabriele Falloppio, el inglés William Harvey, que descubrió la circulación de la sangre, oGiovan Battista Morgagni, fundador de la anatomía patológica, dejaron una profunda huella en la medicina entre el siglo XVI y XVIII.

Una estela de genios sin solución de continuidad que tuvo un pico memorable en 1985, cuando el profesor Vincenzo Gallucci, en la cúspide de una carrera que incluye, entre otras cosas, una prestigiosa estancia en los Estados Unidos de 1964 a 1969, realizó el primer trasplante de corazón en Italia. Un corazón que pasó de un joven veronés de 18 años al carpintero de Fontaniva Ilario Lazzari y que prolongó su vida hasta 1992.
Se trata de una importante contribución paduana en el campo de los trasplantes, inaugurado por el médico sudafricano Christiaan Barnard en 1969.

Una scia di luminari senza soluzione di continuità, che ha avuto un picco memorabile nel 1985, quando il professor Vincenzo Gallucci, all’apice di una carriera che ha visto tra l’altro una prestigiosa esperienza dal 1964 al 1969 negli Usa, ha operato il primo trapianto italiano di cuore. Un cuore passato da un diciottenne veronese al falegname di Fontaniva Ilario Lazzari che prolungò la sua esistenza fino al 1992.

Una importante pietra padovana nel campo dei trapianti, inaugurato dal medico sudafricano Christiaan Barnard nel 1969.

il Teatro Anatomico di Padova, Palazzo del Bo Foto di Massimo Pistore – Università di Padova

Padua puede presumir también de contar con el primer anfiteatro anatómico estable del mundo (1594), perfectamente conservado y concebido por Girolamo Fabrici d’Acquapendente, docente en el Bo durante medio siglo, anatomista, cirujano y fisiólogo, además de médico personal de Galileo Galilei.

Volviendo a nuestros días, debemos resaltar la enorme confianza que desde siempre han sentido los pacientes italianos y extranjeros por el hospital de Padua. Muchos acuden aquí debido a su gran reputación.

Puedes encontrar información sobre las visitas al «Teatro Anatomico» y a la cátedra de Galileo en el sitio web.

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