Con 82 metros de longitud y 27 metros de ancho, el Salón o Palazzo della Ragione (Palacio de la Razón), la antigua sede de los tribunales de Padua, es una de las salas en suspensión más grandes de Europa. Reconocido como uno de los monumentos civiles más célebres erigidos en Europa en la época de las comunas medievales, el edificio empezó a construirse en 1218 para reorganizar los mercados y ofrecer una sede para la administración de justicia.
Entre 1306 y 1308, Giovanni degli Eremitani trasformó los tres amplios ambientes en una única sala, ideando una cubierta en forma de casco de barco invertido. Giotto y su taller recibieron el encargo de pintar los frescos de las paredes, pero la serie quedó destruida en el incendio de 1420. Los frescos fueron restaurados por el paduano Nicolò Miretto en colaboración con Stefano da Ferrara y otros pintores, basándose en los estudios de Pietro d’Abano, reputado estudioso de la época. La serie de frescos es uno de los pocos ciclos astrológicos medievales que ha perdurado hasta nuestros días. La relación entre las pinturas y la función del lugar explica la presencia de figuras de animales, que constituían las insignias de los asientos del tribunal, a cuya función se vinculan también las alegorías de la Justicia, el Derecho, la Comuna en la Señoría y los frescos que representan el Juicio de Salomón y la escena del juicio.
En el Salón se conservan la Piedra del Vituperio, en la que se obligaba a los deudores insolventes a golpearse tres veces las nalgas después de haberse desnudado (práctica que da origen a la expresión italiana “restare in braghe di tela”, que puede traducirse como “quedarse en paños menores” con el sentido de quedarse sin bienes), y el gran caballo de madera, realizado por Annibale Capodilista para un tiovivo y donado por la familia a la ciudad.
El emplazamiento forma parte de las “Series de frescos del siglo XIV” incluidas en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
