Antenor es el legendario fundador de Padua en 1185 a.C.. Virgilio y Livio narran que escapó del incendio de Troya remontando el río Brenta con su familia. En los asentamientos Euganeos, un oráculo le predijo la fundación de una rica ciudad: disparando una flecha a los pájaros en vuelo, encontraría el lugar para el asentamiento. La ciudad nacería donde cayera el pájaro moribundo.
En 1274 se desenterró un antiguo sarcófago que contenía un esqueleto, y el poeta paduano Lovato de’Lovati lo atribuyó inmediatamente al héroe troyano.
En consecuencia, se construyó un sepulcro para exponerlo en la ciudad a salvo de la intemperie. Lovato se aseguró de ganarse un lugar en la historia de Padua mandando construir para sí mismo un sarcófago similar, que debía colocarse junto al del mítico antecesor de todos los paduanos. No sabía que, a causa del bajorrelieve de un perro en el lateral del sarcófago, en la tradición popular se convertiría en “la tumba del perro de Antenor”.
Los estudios de los restos mortales han demostrado que se trata de un guerrero de origen húngaro fallecido entre los siglos III y IV d. C.
Aunque no existen pruebas de la existencia de Antenor, los hallazgos arqueológicos en la zona confirman la llegada de los vénetos entre los siglos XIII y XI a. C