El territorio de Camposampiero está enclavado en el paisaje del Graticolato romano, construido hacia el siglo I a.C. Pero fue en la Edad Media cuando la ciudad floreció, gracias a la presencia de la noble e importante familia de señores que tomó el nombre de la localidad, los Da Camposampiero. A partir del siglo XI se desarrolló un poderoso castillo, rodeado por las aguas del río Vandura (1). Dentro de las murallas se encontraba la Rocca, el hermoso palacio residencial de la familia noble. Durante el periodo medieval, Camposampiero adquirió importancia política y económica, y la ciudad fue descrita por las crónicas de la época como “artísticamente bella y militarmente inexpugnable”. La alta torre de la Rocca (2) es la única prueba tangible del glorioso pasado, mientras que el adyacente Palazzo Tiso, completamente renovado, es ahora el Ayuntamiento de la ciudad (3). La céntrica Piazza Castello (4) es el corazón palpitante de la vida política, administrativa y comercial, y acoge un animado mercado municipal todos los miércoles y puestos de productores locales los viernes por la mañana.
Desde este punto, la mirada se amplía a los edificios circundantes y, en particular, a la hermosa iglesia de la Madonna della Salute (5), pequeño oratorio de devoción popular. De traza renacentista, la iglesia es un lugar muy querido por los vecinos: el 21 de noviembre se celebra la fiesta de Nuestra Señora de la Salud y se conmemora la recuperación de una epidemia de cólera (1835/36). Los cercanos Santuarios Antonianos son los guardianes del alma de la ciudad y de la presencia de San Antonio, que vivió aquí en la primavera de 1231. La iglesia de San Juan Bautista alberga la celda del Santuario de la Visión (6), mientras que recorriendo el sendero “Antonio: Evangelio y Caridad” (7), con sus estatuas de bronce modeladas por Romeo Sandrin, se llega al Santuario del Nogal (8). Construido en 1432, esconde un precioso ciclo de frescos de la escuela paduana de la primera mitad del siglo XVI y un retablo del pintor veronés Bonifacio de’ Pitati. Recogida en el silencio, esta pequeña iglesia es un lugar privilegiado para visitar, preferiblemente a pie o en bicicleta, a la sombra de la avenida de tilos y nogales. No muy lejos discurre la ruta del carril bici peatonal Treviso – Ostiglia (9).
Saliendo del Santuari Antoniani y en dirección este, el río Vandura se encuentra con las aguas del Muson Vecchio (10): aquí podemos ver un complejo hidráulico construido en tiempos de la Serenísima que aún regula la comunicación entre los dos ríos. Villa Querini (11) es una hermosa villa véneta, hoy sede de la Federación de Municipios Camposampierese y de la Oficina de Turismo de Valle Agredo. Cerca se encuentra el complejo del siglo XIX de Villa Campello (12), sede de la Biblioteca y de un gran jardín.
El Vicolo Beato Crescenzio (13) ofrece una de las vistas más evocadoras: aquí se encuentran vestigios de la Edad Media, arquitectura contemporánea y las aguas del Vandura. La Torre del Reloj (14) domina la antigua calzada romana que unía Padua con Asolo y corresponde, por tanto, al cardo del graticolato. En esta posición, la torre domina no sólo la ciudad sino también los territorios circundantes y desde sus 24 metros ha visto entrar en el castillo a embajadores, viandantes, emperadores, príncipes y santos. Siguiendo hacia el sur, el Vandura discurre paralelo al canal Tergolino (15). Admirando la bella arquitectura residencial a lo largo de la ribera de San Marco se llega a la iglesia del mismo nombre (16), con su estructura principal de finales del siglo XV y valiosos frescos en su interior, mientras que el cercano Hospital Camposampiero (17) lleva en activo desde la segunda mitad del siglo XIX. En el cruce con Via Bonora se alza la iglesia de San Pietro (18), inaugurada en 1940.
Sus muros protegen notables obras de arte de la anterior estructura medieval. El complejo de Tezzon (19) también hunde sus raíces en la Edad Media: en el siglo XIV era la antigua Gastaldia de los señores de la ciudad de Padua, los Carraresi.La función agrícola-administrativa del lugar sigue siendo claramente visible en su arquitectura.Siguiendo hacia el este nos encontramos con las aguas del Muson dei Sassi (20) y la ruta ciclo-peatonal llamada el Cammino del Santo (21) en recuerdo del último viaje terrenal realizado por San Antonio para llegar a Padua.
La aldea de Rustega también está enclavada en el paisaje del graticolato romano.Otro rasgo distintivo del pueblo son las plácidas aguas del arroyo de Rustega (22), un río resurgente que desemboca en el Muson Vecchio.Hasta la época medieval, la localidad contaba con un castillo y una importante iglesia parroquial para los pueblos vecinos. La hermosa iglesia del centro de Rustega está dedicada a Santa Maria Assunta (23) y su campanario alcanza los 50 metros de altura.
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