Los principales lugares antonianos son el Santuario del Noce y el Santuario della Visione.
El Santuario del Nogal y el Santuario de la Visión se erigen en los lugares santificados por la presencia de San Antonio en Camposampiero durante su último mes de vida terrena. Antonio, el Santo de Padua, pasó el último mes de su vida en Camposampiero, como huésped del Conde Tiso IV da Camposampiero para un período de meditación y descanso en el pequeño dormitorio cercano al castillo, hoy sede de los Santuarios a él dedicados. El Santuario de la Visión se llama así porque en su interior se encuentra la celda donde Antonio permaneció durante su estancia y donde tuvo una visión del Niño Jesús. En la pequeña habitación hay una mesa que, según la tradición, era la cama de Antonio. Sobre ella, a finales del siglo XV, Andrea da Murano pintó la imagen del santo.
El Santuario del Nogal es un pequeño pero significativo tesoro de arte y devoción, construido en 1432 en el lugar del nogal desde el que Antonio solía predicar. El edificio de ladrillo se enriqueció en la primera mitad del siglo XVI con frescos que relatan los milagros realizados por San Antonio, atribuidos a pintores de la escuela pictórica paduana, y con el retablo de Bonifacio de’ Pitati que representa La predicación de San Antonio del Nogal.
Los Santuarios Antonianos acogen cada año a miles de peregrinos y son el punto de partida de la ruta que conmemora la Última Marcha del Santo. En los Santuarios Antonianos se puede recoger la Credencial del Peregrino, el documento que se expide a los peregrinos que recorren a pie, en bicicleta o a caballo el Camino del Santo desde Camposampiero hasta Padua.