Sede histórica de la Universidad de Padua, prestigiosa universidad que acogió a ilustres personalidades como Galileo, Copérnico, el Papa Sixto IV, Stefan I Bathory (rey de Polonia), Ippolito Nievo, Giovanni Battista Morgagni (fundador de la anatomía patológica) y William Harvey (que descubrió la circulación sanguínea gracias a sus estudios en Padua).
Conocida popularmente como “Il Bo” (el buey), la sede histórica de la Universidad de Padua hospedó a figuras ilustres como Galileo, Copérnico, el papa Sixto IV, Esteban I Báthory (rey de Polonia), Ippolito Nievo, Giovanni Battista Morgagni (fundador de la anatomía patológica) y William Harvey (que con las enseñanzas recibidas en sus estudios en Padua descubrió la circulación de la sangre).
El prestigioso ateneo se creó englobando el Hospitium Bovis, una posada situada junto a unas carnicerías y que tenía un buey como letrero.
El “Studio Padovano” nació en 1222 de una asociación espontánea de estudiantes y docentes procedentes de Bolonia que buscaban en Padua una mayor libertad de pensamiento. Antiguamente estaba compuesta por dos universidades: una para los estudiantes que venían del extranjero (“Università degli ultramontani”) y otra para los estudiantes locales (“Università dei citramontani”). En 1399 el ateneo se dividió según las materias didácticas, dando lugar a la “Universidad de los artistas” (filósofos y médicos) y la “Universidad de Jurisprudencia”.
En la segunda mitad del siglo XVI el Bo fue ampliado y transformado por Andrea Moroni, arquitecto muy activo en la ciudad; el cuerpo principal del edificio, con el patio antiguo con dos órdenes de columnas, tomó la forma que conocemos hoy. El patio está decorado con un gran número de blasones, colocados a finales siglo XVII en representación de las familias de los estudiantes y de las figuras que ostentaban cargos académicos.
Entre las salas más importantes se encuentran el Teatro anatómico y el Aula Magna, que en 1399 formaba parte del Hospitium Bovis y fue asignada a los juristas (a Galileo, a causa de la gran afluencia de estudiantes a sus clases, se le permitió utilizarla para la enseñanza). A mitad del siglo XIX, el Aula Magna quedó reservada para las ceremonias: de ahí la decoración del techo y la reforma realizada por el arquitecto y diseñador Gio Ponti en 1942.