La villa, construida en el siglo XVI, fue ampliada y decorada hacia mediados del siglo XVIII, época en la que se rehicieron la fachada delantera y la barchesse, probablemente por el arquitecto Francesco Maria Preti. Entre los siglos XVII y XVIII, la Villa pasó a manos de otros propietarios y durante ese periodo se llevaron a cabo renovaciones.
En el salón de baile, Giambattista Crosato ilustró hábilmente las hazañas de Alejandro Magno; en el techo, el Olimpo y las Artes. Las habitaciones, ricas en mobiliario de época, están finamente decoradas con estucos que evocan paisajes montañosos, animales fantásticos, escenas circenses y virtudes. Hoy en día se puede visitar la villa y el gran parque centenario en compañía de la familia Marcello, que aún vive allí y realza el conjunto.
Los retratos de los antepasados en las paredes dan la bienvenida a los visitantes: el dux Niccolò, los Capitani da Mar, los Procuratori della Serenissima, el músico Benedetto Marcello acompañan a los amantes de la historia que quieren revivir las vicisitudes de esta noble familia que tanta gloria dio a la República de León.